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Más de 30 años y Colombia sigue como “Selva adentro”

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Por: Carolina Moncayo

Alfredo Molano, sociólogo de profesión, brinda en sus escritos la posibilidad de ver y sentir a la Colombia Rural.  Personalmente me permite como lectora ubicarme en cualquier espacio, con tan solo describirlo en sus líneas; en el caso especial de su libro “Selva adentro”, me ha llevado al Guaviare, ahí navegué en la línea temporal a través de la historia oral que él narra, para conocer el proceso de colonización. 

En esta obra, el autor busca narrar la historia de la colonización del Guaviare, desde los mismos colonos de estas tierras, los cuales vivieron un proceso tedioso desde su llegada a aquel lugar. Hechos que el autor expone en tres partes, en la primera; habla de los diversos procesos de colonización que vivió el Guaviare, entre ellas la rapaz, la armada y la campesina. En la segunda parte, habla de Calamar y Puerto Nuevo, profundizando en las prácticas económicas y la posibilidad que trajo consigo la producción de coca. Finalmente, realiza un bosquejo general de su trabajo, las relaciones entre el Estado, “los muchachos” y los narcotraficantes; y los cambios que trajo consigo la bonanza de la marihuana y la coca; a manera de conclusión. 

Dichas bonanzas que, en su texto expresa, fueron el motivo para que personas se aventuraran a encontrar una mejor condición económica, luchando contra las constantes crisis de la región. Este contexto, se asemeja a la condición real actual de muchos lugares del Cauca, a donde por desventura o suerte, pertenezco. Así como en su libro, en diversos lugares de Colombia tanto rurales como urbanos, en la actualidad (2020), el contexto sigue siendo exactamente el mismo. 

El abandono por parte del Estado que Molano (1987), deja en evidencia en el Guaviare, realmente no ha cambiado, puesto que, la misma triada del poder (narcotráfico, “los muchachos” y el Estado), han permitido que la economía de distintas regiones se base en la producción y distribución de coca, haciendo partícipes de manera directa o indirecta a un gran sector de la población colombiana. Igualmente, las disputas de poder y la condición de violencia, también se han heredado, permitiendo a la coca ser “vista como una verdadera reivindicación económica y social” (Molano, 1987, p.144), que hace que a través de ella lo soñado, tenga la posibilidad de realizarse.  

Finalmente, puedo decir que su estilo de narración, sus personajes y apoyándose en la entrevista e historia oral, hacen que la lectura para la gente del común sea más amena. Así mismo, la escritura de este libro contribuye a tener presente parte de la historia nacional, y permiten que el Guaviare tenga una voz que los colombianos podamos conocer, con la fe ciega de poder hacer algo para contribuir al cambio, cambio que quizá esté lejos, pero que se ha empezado a gestar con las migajas regadas del camino hacia la paz, al cual golpean de manera constante y se le ponen trabas, pero que en últimas, ha empezado. 

© 2020 Somos el laboratorio de medios periodísticos Co.marca, un proyecto del Programa de Comunicación Social con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Cauca.​

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