Por:  Kevin Albeiro Campo Ramos 

“Una nube de guerra amenaza a Colombia” con esta frase termina su última historia. Una nube que se extiende destruyendo todo lo que se encuentra a su paso, derribando esas cometas de colores que naufragan en el cielo azul. Todo cambia. Los pasos del caminante se hacen más débiles. Los sueños se esconden en un frasco, reflejándose a través del metal precioso ¿dónde quedó la inocencia que alimenta el alma de aquellos niños? todo está quebrado. Desde el oro y la coca brotan historias que para muchos colombianos parecen estar lejos de la realidad.

Utilizando un lenguaje muy familiar, una escritura en primera persona y teniendo la narración oral como herramienta de recolección, Alfredo Molano construye una serie de crónicas que se encuentran plasmadas en su obra: Aguas arriba, en donde se encarga de visibilizar la historia de seis personas, que como muchos, sueñan con tener una vida más cómoda. Estos personajes emprenden su viaje hacia Guainía con una maleta llena de ilusiones. Dejan lo poco que tienen, con el fin de buscar una riqueza aparentemente más fácil. Estando ahí, es donde se dan cuenta, que la realidad es muy diferente, que las palabras que los llenaron de fuerza y valentía para llegar a dicho lugar, se convierten en una razón más de sus frustraciones. Fueron simplemente palabras efímeras que perdieron su valor, que ya no funcionan, menos en un lugar donde lo único que importa es el "metal precioso" que es el oro y la coca. 

Hablar de lugares olvidados, de lugares fronterizos, donde los límites territoriales parecen desvanecerse. Moviendo la línea que divide a Colombia, Venezuela y Brasil  de un lado para otro, generando enfrentamientos por tomar parte  de lo que guarda la tierra bajo su manto. Una ausencia notoria del estado Colombiano, donde la única autoridad son los grupos alzados en armas, (FARC) esta es la realidad del país en el que a diario la pobreza aumenta y el afán de lucrarse se hace más necesario; al fin de cuentas es lo único que parece generar que la suerte gire a favor de unos cuantos. Tierras donde se producen choques culturales, donde tener una cultura diferente te  hace más débil. Donde el ser indígena, se ve permeado por una cultura occidental que los mira con ojos de desaire. Los no civilizados que tienen que ser colonizados, obligados a dejar sus rituales y todo lo que para los nuevos habitantes está mal visto.    

Por último es inútil dejar de pensar en todas las problemáticas que nos atormentan. La guerra y la pobreza no se desvanecen. La nube gris parece hacerse cada vez más grande. Esa horrible tormenta apenas da sus inicios, arrasando con todo lo que se atraviese en su camino, a los que apenas llega el rocío, solo fingen que no existe. La realidad se encuentra más allá de lo que una simple taza de café puede simbolizar, para aquellos que no conocen de cerca el dolor. De esta manera es como la obra literaria Aguas Arriba de Alfredo Molano, permite saber y comprender el comportamiento de muchas zonas olvidadas estatalmente, a través de las historias que día a día enfrentan diversas personas que habitan este país.