Devastación del río Páez: 25 años contra la desmemoria
El 6 de junio de 1994, un terremoto de 6,4 grados en la escala de Richter provocó una avalancha que en la cuenca del río Páez, en los departamentos de Cauca y Huila, dejó 1.100 muertos y 500 desaparecidos. A un cuarto de siglo de la tragedia, Co.marca entrevista a habitantes de esa región del nororiente caucano que fueron reubicados en el barrio Nuevo Tóez en Popayán y hace una radiografía de lo sucedido.
Textos: Julián González y Alexander Buendía
Producción de contenidos: Co.marca Digital
Imágenes: Co.marca Digital y Cortesía Corporación Nasa Kiwe
1. Ahí estuvo Juan Tama
2. Luces que queman y ciegan
Por unos pocos días, brevísimos como suele ocurrir, las pantallas de televisión, las rotativas de los diarios y los parlantes de las radios nos ofrecieron como en flashes lo que luego se haría –hoy lo sabemos– desmemoria. No olvido, sino vulgar desmemoria. Cuando se olvida, los mecanismos de la memoria siguen firmes y aceitados, esperando el momento adecuado para volver a agitarse. Pero cuando hay desmemoria la cosa es a otro precio: es la capacidad misma de recordar la que se extirpa. El delicado mecanismo se avería. Se atasca. Con la desmemoria, se borran la huella y el paso, la cicatriz y la piel, el surco y la siembra, el caminante y el rastro. Nada queda. Las técnicas de la desmemoria operan sepultando la ausencia y la tragedia en una tormenta espesa de flashes y de luces que queman y ciegan la vista. Primero fueron imágenes brillantes y espectaculares, luego con el correr de los días se desvanecieron y disiparon, se hicieron especulares y se disolvieron como esas fotografías impresas en papel periódico, que no resisten la luz, el agua, ni las miradas. Así fue el relumbrón mediático de los días que siguieron a la tragedia del río Páez. Y después, la nada.
3. Los fríos datos
Fecha: Junio 6 de 1994
Hora: Tres de la tarde y cuarenta y siete minutos (3:47 p.m.).
Magnitud: 6,4 grados en la escala de Richter.
Ubicación epicentro: Latitud norte 2.90 y Longitud oeste 76.08, municipio de Páez- Belalcázar, en las laderas del sistema montañoso del Volcán Nevado del Huila.
Profundidad: 10 kilómetros.
Personas fallecidas: 1.100, aproximadamente.
Personas desaparecidas: 500, aproximadamente.
4. La historia que se quiebra
Para los nasa, el terremoto y la avalancha del 6 de junio de 1994 representan un momento crucial en su historia, debido a los cambios que afrontaron vertiginosamente. Su pasado y su futuro parecieron comprimirse en esta coyuntura histórica, una tragedia que los obligó a marcharse de su territorio sin posibilidad de volver, un éxodo rápido que además implicó posteriormente un trabajo complejo de reinserción y negociación cultural. La pérdida del lugar de origen llevó a las comunidades a establecer contactos con otros grupos de una manera más directa. El intercambio entonces se convirtió en estrategia vital, en la cual la diferencia se reconocía como un mecanismo para fortalecer y ajustar la identidad al nuevo contexto.
5. Reconstruir y reconstruirse
Para quienes reconstruyeron su territorio en un lugar diferente al propio, lo más urgente fue arreglárselas para sobrevivir y dar sentido a la existencia de una geografía distinta. Los modos de hacerlo resultaron diversos y estuvieron determinados en buena parte por las tácticas de ajuste, y éstas, quizás, tardan años en volverse prácticas efectivas que permitan cierta normalidad, aquella que solo se logran con las certidumbres de las rutinas, del hábito vuelto ritual cotidiano. El espacio, tarde o temprano, terminará siendo adaptado y apropiado, y con ello opera la construcción de otra memoria.
6. Tierradentro
Tierra Nasa.
Tierra de cabildos y de gobernadores.
Tierra de Juan Tama, de la Gaitana, de Angelina Gueyumús, del Cacique Calambás, de Quintín Lame.
Tierra donde Guanacas, Las Delicias, Moras, Pan de Azúcar, Punzá, el Nevado del Huila y el Puracé vigilan desde las alturas.
Tierra de ríos y lagunas, de siempre agua, como si hubiese un eterno y secreto vínculo entre éstos y el mar… al otro lado de las cordilleras.
Tierra de estrellas que Uma y Tay pusieron en el cielo.
Tierra de mil trescientos kilómetros cuadrados en donde vive la memoria del pueblo Páez.
Tierradentro.